No puedo escribir lo que tengo que escribir. No puedo decir lo que tengo que decir. Nunca puedo hacer lo que tengo que hacer en el momento adecuado. No es necesario preguntar porque, paulitanamente las respuestas vienen casi solas. Me gustaria saber dibujar pero como no es el caso, trato de escribir, aunque tampoco sepa hacerlo bien, aunque lo hago en otro idioma que mi maternal y que seguramente lo logro mucho menos. Si no soy capaz de afrontar todas estas dificultades porque entonces sigo eligiendo el camino más dificil, el menos usado, el más largo. Porque no rendir las armas y hacer como los demas. Imitar la vida. Como cada vez que escribo algo, seguramente para sentirme acompañada, hablo y pienso en alguien. Hoy dia seras tú. No te conozco, y nunca lo lograre porque tu mismo no te conoces, y al final no importa tengo toda la vida para sorprenderme. Solamente hoy dia en ese rincon del mundo, a esa hora quiero pensar en ti y poder decir que si logre escribir estas frases es porque estabas aca, lo suficiente lejos para que pueda ser yo, y lo suficiente cerca para poderte susurrar estas palabras. Creo que en la edad en que estoy tendría que tener yo algunas respuestas. Pienso tener algunas, pero el resto sigue dando vuelta en mi cranio. Ni tú ni tampoco el podrán atrapar estas ideas, visiones, recuerdos, sentimientos, pasiones, talentos, amores, angustias, y otras curiosidades. Solo yo tengo la llave de ese espacio. Pero sueño, y sé que solo es un sueño, que algun dia alguien que no me esperaba y que no esperaba yo tampoco, entré ahi adentro sin pedir nada, sin querer nada y sin tener la llave que guardo yo celosamente. Un mago quizás. Y de su palito magico, abracadabra, se abrirán las ventanas. Y el aire fresco junto con su escobilla, se llevaran algunas cosas que sobran aqui adentro, inutiles paredes y barreras. Pero eso no se debera solamente a la obra del mago, aunque este se quedara con un aire de triunfo en la frente. Nunca le diria pero yo sola sabria que le di la llave secreta, porque lo elegí el, me entregue segura de mi y no del futuro, los brazos abiertos y la mente despejada. Hasta que crezca un arbolito de olivas en mi casa, una pintura en mi pared, una fotografia en la otra y mi página blanca, llena de tinta negra.